Pescadores del Torneo Hemingway, Santiago Monge, de Chile: “Cada torneo, cada viaje, es un aprendizaje nuevo”

Santiago Monge es uno de los miembros del equipo de Chile, uno de los 13 que salieron al mar este martes en la primera jornada competitiva del 72 Torneo Internacional de Pesca de la Aguja Ernest Hemingway.
29 mayo, 2024 por
Deventos
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Santiago Monge es uno de los miembros del equipo de Chile, uno de los 13 que salieron al mar este martes en la primera jornada competitiva del 72 Torneo Internacional de Pesca de la Aguja Ernest Hemingway.

“Nos fue bien, pescamos un buen peto”, dice. A bordo de la embarcación Club Náutico 2, los chilenos acumularon 25.5 puntos en esta jornada. Pero quedan otras dos jornadas completas y una media jornada de pesca. Hay historia aún por hacer.

Monge cuenta que su amistad con Cuba ya es de 17 años. Esta es su quinta participación en el torneo Hemingway. En las anteriores, fue cuarto lugar en una edición y tercero en otra.

Vive en Puerto Varas, “una ciudad muy bonita que queda al sur de la capital, en la región de Los Lagos. Allí tenemos lago, río, mar y campo”.

Cerca de su casa está el lago, donde tiene su bote y puede pescar. Tiene otro bote en Zihuatanejo, en la costa del Pacífico, estado mexicano de Guerrero.

Ha pescado en México, Panamá, Venezuela, Chile, Argentina, Uruguay y Colombia. En Cuba lo ha hecho en Girón, Cayo Guillermo, Varadero y el litoral al norte de La Habana, donde “en esta época del campeonato se pescan marlins, aunque a veces no es abundante”.

Pero la pesca –dice– es eso.

“Esa es la gracia. En un campeonato puedes pescar 30 y en otro, cinco. El año pasado se declaró desierto el tercer lugar, porque no hubo más capturas. Cuando yo salí tercero, era un montón de embarcaciones, con tres piezas cada uno el primero, el segundo y el tercer lugares, y hubo como siete y ocho embarcaciones con dos piezas. Eso depende de la corriente y hay otros factores”, explica.

Se considera también argentino, porque pasó parte de su vida en Argentina. “Me llevaron a Argentina cuando tenía un año. Por eso tengo un acento distinto”, dice.

A pescar empezó a los siete años. Rodeado del ruido de los motores, las conversaciones de otros pescadores (porque hace pocos minutos entraron las embarcaciones en competencia a la marina), saca cuentas, resta algunos periodos de inactividad y concluye que ha estado pescando unos 50 de sus 67 años de vida. “Distintos tipos de pesca”, aclara.


“La amistad con Cuba es algo que no tiene precio”, asegura. Valora mucho, también, la experiencia humana en cada torneo.

“Es muy agradable estar en un evento así, cuando se inaugura, y que te saluden los del equipo de Francia, el de Cuba, los capitanes de la marina, que en algún momento he compartido con ellos. Hay gente que también ha ido rotando. Los afectos son recíprocos y eso tiene un gran valor. Esta vez he conocido a los de Canadá, gente muy agradable, simpática”.

Monge habla también de su experiencia con tripulaciones y pescadores cubanos, con la gente de los equipos.

En cinco ediciones en las que ha participado, ha tenido varias experiencias. “Nos quedamos tirados una vez, pasó un equipo y no nos recogió, pero sí lo hizo el equipo francés. Entonces, hasta el día de hoy, los de ese equipo francés son mis amigos, porque eso es lo que debería hacerse por camaradería, es la ley del mar”.

El saldo es positivo. “Yo siempre digo: cada torneo, cada viaje, es un aprendizaje nuevo, independientemente de que ganes, porque todos queremos ganar. Pero yo digo que cuando me voy, me voy siempre ganador, porque conseguir un amigo, dos amigos o más por año, es más importante que sacar un primer lugar acá en el torneo”.

Y la pesca es un aprendizaje también, continuo.

“Aprendes todos los días. Yo tengo mi embarcación en Chile, tengo una pequeña embarcación hace poco en México, y aprendo de los capitanes, de los marineros, de toda la gente. Y uno enseña también. Yo también he tenido la oportunidad de enseñar.

“En general, los de mar son gente de decirte las cosas, de enseñarte. Claro, siempre los hay que no, pero el pescador, en general, en el mundo, es muy de piel, de decirte cuando haces algo mal y explicarte. Es una comunidad”.


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